Desde el Tercer Sector reivindicamos que la sociedad siga avanzando para lograr una igualdad de derechos y oportunidades entre mujeres y hombres. Al respecto, es imprescindible que los hombres se involucren en esta lucha. La masculinidad hegemónica ha disfrutado de una posición de poder dentro de la sociedad patriarcal en la que vivimos. Dentro de la organización social, al hombre se le ha guardado el espacio público, el espacio social donde desempeñar un trabajo remunerado económicamente, se le asigna los puestos de poder, de política y de reconocimiento social. La presidencia del gobierno, la dirección de grandes empresas, los puestos de responsabilidad, los puestos de trabajo mejor remunerados… están ocupados por hombres. Esta realidad comporta que el hombre se desentienda de otras esferas de su vida, como son la familiar, emocional o sentimental.
Son muchas las consecuencias negativas tanto para hombres y mujeres de esta forma de organización social. Pero es hora de cambiar.